¡Felicidades!

Has dado un gran paso para cuidar de tu salud al mostrar interés en las pruebas de detección del cáncer sugeridas según tu edad.

A continuación te compartimos las recomendaciones de la American Cancer Society sobre las pruebas de detección de cáncer para las personas que tienen un riesgo promedio.

Entre 25 y 39 años

A partir de la edad de 25 se recomienda hacer las pruebas para la detección del cáncer de cuello uterino o cervical para personas con útero.

Entre 40 y 49 años

A partir de los 45 años, se recomienda hacer las pruebas para la detección del cáncer de seno, con la opción de hacerlas a partir de los 40 años.
La recomendación sobre pruebas para la detección de cáncer de cuello uterino o cervical corresponde solo a personas con útero.
A partir de los 45 años se recomienda a toda la población comenzar a hacer las pruebas para la detección del cáncer colorrectal.
A partir de los 45 años, los hombres afroamericanos con alto riesgo de desarrollar cáncer de próstata deben tomar una decisión informada sobre la detección del cáncer de próstata con su médico.

Mayor de 50 años

Se recomienda hacer las pruebas para la detección del cáncer del seno.
Se recomienda hacer las pruebas para la detección del cáncer de cuello uterino o cervical.
Se recomienda hacer las pruebas para la detección del cáncer colorrectal.
Las personas que actualmente fuman o que lo hicieron en el pasado deberán hablar con su médico sobre hacer pruebas para la detección del cáncer de pulmón.
Los hombres con riesgo promedio de cáncer de próstata deben tomar una decisión informada con un médico sobre si deben hacerse pruebas de detección de cáncer de próstata.
A partir de los 40 años, los hombres con más de un familiar de primer grado que haya tenido cáncer de próstata antes de los 65 años, deben tomar una decisión informada sobre la detección del cáncer de próstata con su médico.

También te invitamos a hablar con un médico sobre los exámenes de detección que podrían ser adecuados para ti, así como de los factores de riesgo, incluidos el consumo de tabaco y los antecedentes familiares, que podrían aumentar tu riesgo de cáncer.