Mi hijo tiene salud y bienestar, y quiero que otras personas sepan que hay esperanza. Cuando todo esto me estaba pasando, busqué información sobre casos parecidos al mío, pero no encontré nada que fuera similar. Lo que quiero es compartir mi caso para tratar de ayudar a que otras mujeres jóvenes embarazadas puedan sentirse mejor sobre su situación.
Este año, ninguna cosa ha resultado como Paola Chavez lo había esperado. Ella contemplaba empezar el año recién casada, viviendo en México y planeando su futuro con su esposo. En su lugar, fue diagnosticada con cáncer de seno aproximadamente al mismo tiempo en que supo sobre su estado de embarazo. Decidió entonces postergar la boda y regresar a Los Ángeles, California para recibir tratamiento. Su prometido, al no contar con lo documentación legal para residir en los EE.UU., tuvo que permanecer en México.
Durante su embarazo, Chavez tomó la difícil decisión junto con la ayuda de su equipo de profesionales médicos de someterse a la quimioterapia. Juntos determinaron que la quimioterapia brindaría la mayor probabilidad de salud tanto para ella como para su bebé. Actualmente, ella y su bebé Azriel están bien.
“Mi hijo tiene salud y bienestar, y quiero que otras personas sepan que hay esperanza”, expresó Chavez. “Cuando todo esto me estaba pasando, busqué información sobre casos parecidos al mío, pero no encontré nada que fuera similar. Lo que quiero es compartir mi caso para tratar de ayudar a que otras mujeres jóvenes embarazadas puedan sentirse mejor sobre su situación”.
Chavez se mudó de donde vivía en Los Ángeles para vivir en México con su prometido cuando en septiembre de 2017 notó por primera vez un nódulo (masa, bolita) en su seno. No le dio demasiada importancia, pues en el pasado ya había tenido protuberancias que aparecían y desaparecían. Pero pronto supo que estaba embarazada y acudió al médico. Éste le informó que el nódulo probablemente surgió en relación con el embarazo, y que no se preocupara pues eventualmente desaparecería.
Un par de meses después, cuando Chavez estaba de invitada en una boda en Los Ángeles, en donde viven sus parientes con quienes mantiene fuertes lazos familiares, le insistieron a que fuera a un hospital de la localidad para pedir una segunda opinión. Aquí ella se sometió a varias pruebas, incluyendo una biopsia. El 4 de enero de 2018 recibió la noticia de que tenía un tipo de cáncer conocido como carcinoma ductal invasivo. Este tipo de cáncer de seno se origina en las células que recubren los conductos mamarios y crece hacia los tejidos del seno a su alrededor. El tumor que Chavez presentaba era lo suficientemente grande como para que su equipo de profesionales médicos le aconsejara que iniciara la quimioterapia de inmediato, incluso al estar ella en su quinto mes de embarazo.
“Me quedé en shock. No sabía qué esperar y tenía miedo por mi bebé”, señaló Chavez. “En un corto plazo tenía que tomar una decisión, no solo por mí, sino por mi hijo no nacido. Tuve que confiar en mis médicos. La quimioterapia ha sido administrada anteriormente a otras mujeres embarazadas, y mis médicos me indicaron que sería segura para mi bebé. No tenía otra opción más que creer en su opinión”.
Aunado a todo esto, las pruebas genéticas revelaron que Chavez presentaba una mutación del gene BRCA1. Este tipo de mutación hereditaria implica un aumento en el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de seno. Chavez entonces tuvo que contemplar la opción de someterse a una doble mastectomía para reducir su riesgo de llegar a desarrollar un cáncer posterior.
Azriel Ezra nació saludable el 8 de marzo de 2018. Chavez decidió darle el segundo nombre Ezra, el cual significa “mensaje de Dios”, según lo indica. Ella considera que Ezra fue literalmente un mensaje por parte de Dios para notificarle sobre su cáncer en una etapa lo suficientemente temprana para someterse a tratamiento.
Chavez ha ido a visitar a su prometido a México junto con Azriel, pero actualmente ella y su hijo viven en Los Ángeles para permanecer cerca de su equipo de atención médica y del pediatra de Azriel. Su madre, hermana y primos le ayudan a cuidar de ella y el niño, y le acompañan a sus consultas con el médico. Pero al poco tiempo tras el nacimiento de Azriel, Chavez recibió la noticia de que su tumor se había desarrollado aún más y que ya no podía esperar para someterse a una cirugía. Ella optó por tener una doble mastectomía.
La recuperación tras la cirugía y el dolor que conlleva, así como las náuseas que surgen con la quimioterapia, al mismo tiempo que se hace cargo del cuidado de un bebé, no ha sido nada fácil. Pero Chavez indica que Azriel la motiva a mantenerse optimista y fuerte. Aún le quedan varias sesiones de quimioterapia pendientes, y luego se espera que empiece con la radioterapia. Para el próximo año espera someterse a una reconstrucción de los senos.
“Ha sido un año raro y complicado, empezando con malas noticias que terminaron en buenas”, opina Chavez. Ella indica que sabe lo afortunada que es al estar rodeada de una familia que la quiere y apoya, pero el cáncer aun le implica un desgaste emocional.
“Quiero que mis familiares y amigos se mantengan con una buena actitud y que no se sientan mal por mí”, dice Chavez. “Es por eso que procuro mostrarme fuerte para ellos. Me muestro positiva ante ellos. Sonrío y digo que no me importa que se me caiga el cabello porque me volverá a crecer, o porque uso algún bonito sombrero. Pero la verdad es que sí me importa, y me afecta cuando los veo llorar frente a mí. También lloro, pero de forma privada para que no lo vean”.
Chavez socializa con familiares y amigos cuando la visitan a su casa, pero no suele salir demasiado desde que se le calló el cabello y tuvo la mastectomía. Recientemente fue entallada por una probadora profesional de sostenes de mastectomía, y espera que con esto se sienta mejor sobre los cambios con su apariencia.
Y siempre tendrá a Azriel. “Miren, él está aquí y yo estoy bien”, confirma ella. “Él es un bebé muy feliz, siempre sonriente. Al verlo a él, me da el valor y las fuerzas para seguir adelante. Ya casi termino con el tratamiento, pero mi historia aún no termina”.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la Sociedad Americana Contra El Cáncer
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