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Por qué hacer pruebas para la detección de algunos tipos de cáncer y no para otros 

male doctor with female patient during a ct scan

La detección implica hacerse una prueba útil para determinar la presencia de cáncer u otra enfermedad en personas que no presentan ningún síntoma. Algunas de las pruebas de detección pueden encontrar crecimientos que pueden ser extirpados antes de que tengan la oportunidad de convertirse en cáncer. Otras pruebas de detección, al hacerse de manera periódica, permiten la detección de cáncer cuando es de menor tamaño, no se ha propagado y es más fácil de tratar.

Los beneficios de las pruebas de detección deben sopesarse frente a los riesgos de las pruebas mismas. Los riesgos pueden incluir ansiedad, dolor, sangrado u otros efectos secundarios. Y la detección no es perfecta. En ciertos casos las pruebas de detección pueden dejar de pasar por alto la presencia de cáncer. Y a veces pueden encontrar algo sospechoso que resulta inofensivo (lo que se denomina falso positivo), pero que aun así debe comprobarse mediante pruebas adicionales que también conllevan riesgos y pueden causar más estrés.

Es por eso que la American Cancer Society utiliza un proceso formal para revisar la evidencia científica para crear guías para la detección del cáncer. Estas guías indican las recomendaciones sobre qué pruebas de detección hacer, cuándo hacerlas y con qué frecuencia.

Guías para pruebas de detección de la American Cancer Society

La American Cancer Society cuenta con guías para adultos en riesgo promedio con recomendaciones que incluyen pruebas periódicas de detección de cáncer de seno, cáncer de cuello uterino, cáncer de próstata, cáncer de pulmón y cáncer colorrectal, basadas en la elegibilidad y la evidencia científica que demuestra que hacerse pruebas de detección periódicas puede ayudar a salvar vidas. Para muchos otros tipos de cáncer, los investigadores continúan realizando estudios para conocer las mejores formas de detectar el cáncer antes de que aparezcan los síntomas.

Cáncer de seno: las podrán decidir si desean de manera opcional comenzar sus exámenes anuales para la detección de cáncer de seno mediante mamogramas a partir de la edad de 40 años en caso de que así lo deseen. Todas las mujeres en riesgo promedio de cáncer de seno requieren comenzar a hacerse pruebas de detección anuales con una mamografía antes de los 45 años. A los 55 años, las mujeres pueden cambiar a una mamografía cada 2 años o pueden optar por seguir con las pruebas de detección anuales. Las mujeres deberán hablar con su proveedor de atención médica sobre su propio riesgo de cáncer seno y sobre hacerse cualquier cambio en los senos que presenten. Se deberán continuar haciendo las pruebas de detección de forma periódica siempre y cuando la mujer se encuentre en buen estado de salud y cuya expectativa de vida sea de 10 o más años.

Cáncer de cuello uterino: las mujeres y las personas con cuello uterino deben comenzar a hacerse pruebas de detección periódicas a los 25 años. Las que tienen entre 25 y 65 años deben hacerse una prueba primaria de VPH (virus del papiloma humano) cada 5 años. Si no se dispone de una prueba primaria de VPH, se debe realizar una prueba conjunta (prueba de VPH combinada con una prueba de Papanicolaou) cada 5 años o se puede realizar una prueba de Papanicolaou cada 3 años. Las mujeres mayores de 65 años de que hayan obtenido resultados normales en sus pruebas de detección para el cáncer de cuello uterino en los últimos 10 años deberán de descontinuar estas pruebas para la detección del cáncer de cuello uterino. Puede que algunas mujeres, debido a su historial médico, requieran hacerse las pruebas de detección con mayor frecuencia. Las personas vacunadas contra el VPH aún deben seguir las recomendaciones de las guías.  Hable con su proveedor de atención médica acerca de su historial médico y riesgo de cáncer de cuello uterino.

Cáncer colorrectal: las personas adultas en riesgo promedio de cáncer colorrectal deberán comenzar a hacer las pruebas para la detección de este tipo de cáncer a partir de los 45 años, pero puede que las personas con un riesgo elevado de cáncer colorrectal en función de sus antecedentes familiares y/o historial médico personal, entre otros factores, requieran comenzar hacer las pruebas de detección antes de los 45 años, hacer las pruebas con mayor frecuencia o someterse a otras pruebas en específico. Se pueden utilizar varias pruebas diferentes para detectar el cáncer colorrectal, incluida la colonoscopia, la sigmoidoscopia flexible y la prueba de sangre oculta en heces a base de guayaco, entre otras. Consulte con su proveedor de atención médica sobre su riesgo de cáncer colorrectal y las pruebas que pueden ser adecuadas para usted, así como con algún representante de su seguro médico acerca de la cobertura. Todos los resultados anormales en las pruebas de detección distintas de la colonoscopia deben tener seguimiento con una colonoscopia.

Cáncer de pulmón: las pruebas para la detección del cáncer son recomendables para ciertas personas en alto riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Para aquellas personas entre los 50 y 80 años que fuman o que acostumbraban hacerlo podrían beneficiarse de hacer las pruebas para la detección del cáncer de pulmón mediante una tomografía computarizada de baja dosis (LDCT). Hable con su proveedor de atención médica sobre su riesgo de cáncer de pulmón y de cómo abandonar el hábito si aún fuma, así como de los posibles beneficios, limitaciones y daños potenciales que conlleva hacer pruebas para la detección del cáncer de pulmón.

Cancer de próstata: las recomendaciones de detección implican tomar una decisión informada sobre hacer pruebas para la detección del cáncer de próstata. Esto significa que los hombres deben hablar sobre los posibles riesgos y beneficios de las pruebas de detección del cáncer de próstata con un proveedor de atención médica para determinar la realización de las pruebas. A partir de los 50 años, los hombres deben conversar sobre las ventajas y desventajas de las pruebas para decidir si hacerlas es la opción adecuada para ellos. Los hombres de raza negra o cuyo padre o hermano haya sido diagnosticado con cáncer de próstata antes de los 65 años, deberán consultar con un proveedor de atención médica sobre comenzar a hacer las pruebas a partir de los 45 años.

 

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.