La cirugía se utiliza comúnmente para tratar los sarcomas de tejidos blandos. Dependiendo de la localización y el tamaño de un sarcoma, podrá utilizarse la cirugía para extirpar el cáncer. El objetivo de la cirugía es extirpar el tumor por completo junto con al menos 1 a 2 cm (menos de una pulgada) del tejido normal que le rodea. Esto se hace para asegurar que no queden células cancerosas. Cuando se observa el tejido extirpado en un microscopio, el médico verificará si el cáncer está creciendo en los bordes (márgenes) de la muestra.
Cuando el tumor se encuentra en el abdomen, puede que sea difícil extirpar el tumor con suficiente tejido normal para obtener márgenes claros, ya que el tumor podría estar próximo a órganos vitales que no se pueden extraer.
En el pasado, muchos sarcomas en los brazos o las piernas se trataban mediante el corte de la extremidad (amputación). Hoy en día, esto es pocas veces necesario. En cambio, el tratamiento estándar es cirugía para extirpar el tumor sin amputación. A este procedimiento se le llama cirugía para preservar la extremidad . Puede utilizarse un injerto de tejido o un implante para reemplazar el tejido extirpado. Después se puede administrar radioterapia.
Algunas veces, no es posible evitar una amputación. Puede que sea la única manera de remover todo el cáncer. En otros casos, será necesaria la extirpación de vasos sanguíneos, músculos, huesos y nervios importantes junto con el cáncer. Si la extirpación de este tejido significaría dejar una extremidad que no funcionaría bien o que causaría un dolor crónico, la amputación pudiera ser la mejor opción.
Si el sarcoma se propagó a lugares distantes (como a los pulmones u otros órganos), se removerá el cáncer por completo, si es posible. Esto incluye el tumor original más las áreas de propagación. Si no es posible remover todo el sarcoma, entonces puede que no se haga la cirugía.
En la mayoría de los casos, solo la cirugía no puede curar un sarcoma una vez que se ha propagado. Pero si sólo se ha propagado a unos cuantos lugares en el pulmón, algunas veces se pueden extirpar los tumores metastásicos. Esto puede curar a pacientes, o al menos proporcionar una supervivencia a largo plazo.
Si se agrandan los ganglios linfáticos cercanos al tumor, estos pueden tener cáncer. Durante la cirugía, algunos de los ganglios hinchados se pueden enviar al laboratorio para saber si tienen cáncer. Si se descubre cáncer, se extirparán los ganglios linfáticos en el área. Se podría administrar radiación en la zona después de la cirugía.
Algunas veces se puede administrar quimioterapia, radiación o ambas antes de la cirugía. A esto se le llama tratamiento neoadyuvante. Se puede emplear para reducir el tamaño del tumor de modo que se pueda extirpar completamente. También se pueden administrar quimioterapia y radiación antes de la cirugía para tratar los sarcomas de alto grado cuando existe un alto riesgo de propagación del cáncer.
También se puede administrar quimioterapia después de la cirugía. Esto se conoce como tratamiento adyuvante. El objetivo es eliminar cualquier célula cancerosa que quede en el cuerpo para disminuir el riesgo de que el cáncer regrese.
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Actualización más reciente: abril 6, 2018
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