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El linfoma no Hodgkin en niños puede causar muchos diferentes signos y síntomas dependiendo de su localización en el cuerpo. Los síntomas comunes incluyen:
El linfoma no Hodgkin puede crecer en los ganglios linfáticos debajo de la piel (a los lados del cuello, en las áreas de las axilas, encima de la clavícula, o en el área de la ingle). Los ganglios linfáticos agrandados a menudo se observan o se sienten como masas o protuberancias debajo de la piel, y generalmente no causan dolor. A menudo, el niño, uno de sus padres o el médico nota primero estas protuberancias.
Los ganglios linfáticos agrandados en niños se presentan con más frecuencia debido a infecciones que por linfoma no Hodgkin. Los ganglios linfáticos que crecen como reacción a una infección son denominados nódulos reactivos o nódulos hiperplásicos y son, con frecuencia, dolorosos al tacto.
Un linfoma que crece en el interior del abdomen puede causar hinchazón y dolor. También puede presentarse una acumulación de líquidos, lo que causa incluso más hinchazón.
El linfoma a veces puede agrandar el bazo y ocasionar presión al estómago. Esto puede causar que un niño tenga sensación de llenura después de comer sólo una pequeña cantidad de comida.
Cuando el linfoma causa hinchazón cerca de los intestinos, puede bloquearse el paso del excremento, ocasionando dolor abdominal, náusea y vómito.
El linfoma también puede impedir que la orina salga de los riñones. Esto puede ocasionar disminución en la cantidad de orina, cansancio, pérdida del apetito, náusea, o hinchazón de las manos o los pies.
Cuando el linfoma se origina en el timo (un pequeño órgano ubicado en medio del pecho) o en los ganglios linfáticos del pecho, puede comprimir el área cercana a la tráquea. Esto puede ocasionar tos, falta de respiración y dificultad para respirar.
La vena cava superior (VCS) es una vena grande que lleva sangre desde la cabeza y los brazos de vuelta al corazón. Esta vena pasa cerca del timo y de los ganglios linfáticos dentro del tórax. Los linfomas en esta área pueden hacer presión en la vena cava superior, lo que puede causar que la sangre no fluya bien en las venas. Esto puede causar hinchazón en el rostro, cuello, brazos y la parte superior del tórax (algunas veces con una coloración roja azulada de la piel). También puede causar dificultad para respirar, así como dolores de cabeza, mareos y, si afecta el cerebro, un cambio en el conocimiento. Esta afección, conocida como síndrome SVC puede ser potencialmente mortal, de modo que requiere tratamiento inmediato.
Algunos tipos de linfoma pueden propagarse al área que rodea el cerebro y la médula espinal. Esto puede causar problemas como dolor de cabeza, náusea, cambios en la visión, adormecimiento facial y dificultad para hablar.
Algunos linfomas pueden afectar la piel en sí, ya que pueden causar protuberancias (masas) de color rojizas a púrpura debajo de la piel que causan picor.
Además de causar síntomas en la parte de cuerpo donde se originó, el linfoma no Hodgkin puede causar síntomas generalizados, tales como:
Cuando hablan sobre el linfoma, los médicos a veces se refieren a éstos como síntomas B. Los síntomas B a menudo se observan en linfomas de crecimiento más rápido.
Otros síntomas pueden ser causados por bajos recuentos de células sanguíneas. Los recuentos sanguíneos pueden bajar si el linfoma se propaga a la médula ósea y desplaza las células normales y sanas que producen nuevas células en la sangre. Esto puede causar problemas como:
Muchos de los signos y síntomas indicados anteriormente son más frecuentemente debidos a algo distinto a un linfoma, tal como una infección. Aun así, si su hijo presenta cualquiera de estos síntomas, consulte con el médico para que se pueda determinar la causa y dar tratamiento de ser necesario.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la Sociedad Americana Contra El Cáncer
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Actualización más reciente: agosto 1, 2017
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