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Linfoma no Hodgkin en niños

Problemas sociales, emocionales y otros asuntos sobre el tratamiento del linfoma no Hodgkin

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Los problemas sociales y emocionales pueden surgir durante y después del tratamiento de su hijo. Los factores como la edad del niño al momento del diagnóstico y la extensión del tratamiento pueden desempeñar un papel en este asunto.

Es posible que algunos niños presenten problemas emocionales o sicológicos que requieran atención durante y después del tratamiento. Dependiendo de la edad, también pueden tener algunos problemas con su desempeño normal y en la escuela. Frecuentemente esto se puede superar con apoyo y estímulo. Los médicos y otros miembros del equipo de atención a la salud a menudo pueden recomendar algunos programas especiales de apoyo y servicios para ayudar a los niños después del tratamiento.

Muchos expertos recomiendan que los niños en edad escolar asistan a la escuela tanto como sea posible. Esto les puede ayudar a mantener un sentido de rutina diaria y mantener a sus amigos informados sobre lo que acontece.

Los amigos pueden ser una gran fuente de apoyo. Sin embargo, los niños y los padres deben saber que algunas personas tienen conceptos erróneos y miedos sobre el cáncer. Algunos centros de cáncer tienen un programa de reincorporación escolar que puede ser útil en estas situaciones. En este programa, los educadores en salud visitan la escuela y conversan con los estudiantes sobre el diagnóstico, el tratamiento y los cambios que el niño con cáncer puede enfrentar. Ellos también pueden contestar cualquier pregunta que los maestros y compañeros de clase puedan tener.

Los centros que tratan muchos niños con linfoma pueden tener programas para que nuevos pacientes conozcan a los niños o adolescentes que han finalizado el tratamiento. Esto puede brindar a los pacientes y sus familiares una idea de lo que pueden esperar durante y después del tratamiento, lo que es muy importante. A menudo resulta útil conocer a otro paciente con linfoma en recuperación después del tratamiento. Los grupos de apoyo también pueden ser útiles.

También se pueden afectar los padres y otros miembros de la familia, tanto emocionalmente como de otras maneras. Algunas inquietudes comunes de la familia durante el tratamiento son: dificultades económicas, transportación al centro de cáncer y alojamiento cerca del centro de cáncer, la posibilidad de perder un trabajo, el cuidado de los otros hijos, y la necesidad de enseñanza escolar en la casa. En los centros de cáncer, los trabajadores sociales y otros profesionales pueden asistir a los familiares con estos asuntos.

Durante el tratamiento, los niños y sus familias suelen enfocarse en los aspectos diarios que están dirigidos a finalizar con todo el tratamiento y vencer el linfoma. Sin embargo, una vez que finalice el tratamiento, puede que surjan inquietudes emocionales. Puede que algunas inquietudes duren mucho tiempo. Éstas pueden incluir:

  • Lidiar con cambios físicos que pueden surgir como parte del tratamiento
  • Preocupaciones sobre el regreso del linfoma o el surgimiento de nuevos problemas de salud
  • Sentimientos de resentimiento por haber tenido linfoma o pasar por el tratamiento cuando otros no han tenido que pasar por esto
  • Preocupaciones al ser tratado de manera diferente o ser discriminado (por amigos, compañeros de clase, compañeros de trabajo, empleadores, etc.)
  • Inquietudes sobre salir con alguien, casarse y tener una familia en el futuro.

Para los adolescentes, otro posible problema es tener que depender más de sus padres en un momento cuando es normal que se vuelvan cada vez más independientes.

Nadie escoge tener linfoma, pero para muchos sobrevivientes de linfoma infantil, la experiencia puede ser positiva con el pasar del tiempo, permitiendo establecer valores sólidos. Puede que otros sobrevivientes tengan un periodo de recuperación más difícil para ajustarse a la vida después del cáncer y seguir con sus vidas.

Resulta normal sentir cierta ansiedad u otras reacciones emocionales después del tratamiento, pero sentirse demasiado preocupado, deprimido y molesto puede afectar muchos aspectos del crecimiento de una persona joven. Esto puede afectar la manera en que se relaciona con los demás, la escuela, el trabajo y otros aspectos de la vida.

Con el apoyo de la familia, amigos, otros sobrevivientes, profesionales de la salud mental, entre otros, muchas personas que han sobrevivido al cáncer pueden salir adelante a pesar de los retos que han enfrentado. De ser necesario, los médicos y otros miembros del equipo de atención a la salud a menudo pueden recomendar algunos programas especiales de apoyo y servicios para ayudar a los niños después del tratamiento contra un cáncer.

Usted puede aprender más sobre algunos de estos temas en Niños diagnosticados con cáncer: cómo afrontar el diagnóstico.

 

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.

 

Actualización más reciente: agosto 8, 2017

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