Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta la probabilidad de tener alguna enfermedad, tal como el cáncer. Distintos tipos de cáncer tienen diferentes factores de riesgo. Algunos factores de riesgo, tal como el fumar, se pueden cambiar. Otros factores, como su edad o sus antecedentes familiares, no se pueden cambiar.
Sin embargo, tener uno o varios factores de riesgo no significa que usted vaya a tener la enfermedad. Además, muchas personas que contraen la enfermedad pueden tener pocos o ninguno de los factores de riesgo conocidos. Incluso si una persona con cáncer de tiroides tiene algún factor de riesgo, es difícil saber cuánto pudo haber contribuido ese factor de riesgo al cáncer.
Algunos científicos han descubierto algunos factores de riesgo que pueden hacer que una persona tenga mayor probabilidad de tener cáncer de tiroides.
Sexo
Por razones que no están claras, el cáncer de tiroides ocurre casi 3 veces más en las mujeres que en los hombres.
Edad
El cáncer de tiroides puede presentarse a cualquier edad, pero es más común en personas de entre 30 y 60 años. El riesgo de cáncer de tiroides alcanza su punto máximo a una edad más temprana en las mujeres que en los hombres. Las razones de esto no están claras.
Afecciones hereditarias
Algunas afecciones hereditarias (heredadas) se relacionan con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer de tiroides.
Estas afecciones no son comunes y probablemente representen solo una pequeña parte de los casos de cáncer de tiroides en general. Aquí se enumeran algunos ejemplos, aunque también hay otros.
Neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2)
Las personas con esta afección tienen un alto riesgo de tener cáncer de tiroides medular (MTC), así como también de tumores en algunas otras glándulas endocrinas
Existen 2 subtipos: MEN2A y MEN2B. La causa de estos subtipos son diferentes mutaciones (defectos) en el gen RET.
MEN2A
El MEN2A es mucho más común y presenta diversas variantes. En la variante más común, el cáncer de tiroides medular (MTC) se presenta junto con feocromocitomas (tumores que producen adrenalina) y con tumores de la glándula paratiroides. En otra variante del MEN2A, conocida como MTC familiar (FMTC), el MTC es el único tumor.
MEN2B
En personas con MEN2B, el MTC suele observarse junto con feocromocitomas, pero no con tumores paratiroideos. El MTC también suele ser más agresivo en personas que tienen MEN2B.
Algunas personas con este síndrome también presentan crecimientos (tumores) benignos de tejido nervioso en la lengua y otras partes del cuerpo, llamados neuromas.
En personas con estas afecciones, el cáncer de tiroides medular u otros tumores suelen aparecer durante la infancia o a comienzos de la edad adulta. El MTC también suele ser más agresivo en personas que tienen MEN2B.
Si hay antecedentes familiares de MEN2, usted podría tener un riesgo muy alto de tener cáncer de tiroides medular. Pregunte a su equipo de atención médica sobre la posibilidad de realizar pruebas genéticas y de hacerse análisis de sangre o ecografías (ultrasonidos) con regularidad para detectar problemas.
Poliposis adenomatosa familiar (FAP)
Las personas con este síndrome presentan muchos pólipos en el colon a una edad temprana y tienen un riesgo muy alto de cáncer de colon. Además, presentan un mayor riesgo de tener algunos otros tipos de cáncer, incluido cáncer de tiroides papilar.
El síndrome de Gardner es un subtipo de FAP en el que las personas también tienen un mayor riesgo de presentar otros tumores, como el cáncer de tiroides papilar. Tanto el síndrome de Gardner como la FAP aparecen a causa de defectos en el gen APC.
Síndrome de Cowden (síndrome de hamartomas múltiples)
Las personas con este síndrome tienen un mayor riesgo de que aparezcan ciertos crecimientos o tumores benignos (no cancerosos), incluidos algunos llamados hamartomas.
También corren más riesgo de tener cáncer de tiroides, de seno y de algunos otros órganos. Estos tipos de cáncer tienden a aparecer a una edad más temprana. El cáncer de tiroides tiende a ser del tipo papilar o folicular.
Generalmente, este síndrome se da a causa de defectos en el gen PTEN.
Complejo de Carney
Las personas con este síndrome poco común suelen presentar zonas pigmentadas (oscuras) en la piel y tienen un mayor riesgo de ciertos tipos de tumores benignos (no cancerosos). También presentan un mayor riesgo de cáncer de tiroides papilar y folicular, que suelen aparecer a una edad temprana.
Generalmente, este síndrome se da por defectos en el gen PRKAR1A.
Si usted sospecha que tiene alguna afección hereditaria que aumenta su riesgo de cáncer de tiroides, consulte con su proveedor de atención médica. Podría recomendarle recibir asesoramiento y pruebas genéticas, según su historial médico.
Antecedentes familiares
Si tiene un familiar de primer grado (padres, hermanos o hijos) con cáncer de tiroides, usted también corre un mayor riesgo de tenerlo. Esto es cierto incluso sin un síndrome hereditario conocido en la familia. La mayoría de los hombres con cáncer de tiroides no tiene antecedentes familiares de esta enfermedad.
Radioterapia
La exposición a la radiación es un factor de riesgo del cáncer de tiroides. Esto incluye la exposición a la radiación de ciertos tratamientos y pruebas médicas, como también la lluvia radiactiva proveniente de accidentes en centrales eléctricas o de armas nucleares.
Radiación procedente de los tratamientos médicos
Recibir radioterapia en la cabeza o en el cuello durante la infancia aumenta el riesgo de cáncer de tiroides. Esto incluye la radioterapia para tratar un cáncer como el linfoma de Hodgkin, como también la radioterapia administrada antes de un trasplante de células madre (trasplante de médula ósea).
El grado de riesgo depende de cuánta radiación se administró y a qué edad. En general, el riesgo aumenta cuando se administran mayores dosis y mientras más joven sea el paciente en el momento de tratarse.
Puede ver más información en: Segundo cáncer relacionado con el tratamiento
Antes de la década de 1960, a veces se administraban dosis bajas de radiación a los niños para tratar cosas para las que hoy no usaríamos radiación, como por ejemplo el acné, las infecciones con hongos en el cuero cabelludo (tiña) y amígdalas o adenoides agrandadas. Años después se descubrió que las personas que se sometieron a estos tratamientos tienen un mayor riesgo de cáncer de tiroides.
Radiación procedente de los estudios por imágenes
Los estudios por imágenes, tales como las radiografías y las tomografías computarizadas (CT), también exponen a los niños a radiación, aunque son dosis mucho más bajas. Por lo tanto, no está claro cuánto podrían aumentar estos estudios el riesgo de cáncer de tiroides (u otros tipos de cáncer).
Si existe un riesgo mayor, lo más probable es que sea pequeño. Sin embargo, para mayor seguridad, los expertos recomiendan que los niños no se hagan estas pruebas a menos que sea absolutamente necesario. Cuando sí haga falta este tipo de estudio por imágenes, se debe administrar la dosis más baja de radiación con la que aún se logre obtener una imagen nítida o clara.
Lluvia radiactiva
El riesgo de cáncer de tiroides también es mayor en niños expuestos a la lluvia radiactiva de armas nucleares o accidentes en centrales eléctricas.
Por ejemplo, el riesgo de cáncer de tiroides fue mucho mayor en los niños que vivían cerca de Chernóbil, el lugar del accidente de la central nuclear de 1986. Los adultos que llevaron a cabo la limpieza después del accidente y aquellos que vivían cerca de la planta también presentaron tasas más elevadas de cáncer de tiroides.
Durante las pruebas de armas nucleares después de la Segunda Guerra Mundial, hubo cierta lluvia radiactiva en algunas regiones de Estados Unidos (y otras partes del mundo). En general, esta exposición fue mucho menor que la de Chernóbil.
La exposición a la radiación en la edad adulta conlleva un riesgo mucho menor de cáncer de tiroides, en comparación con la exposición durante la infancia.
Exceso de peso corporal
Las personas con exceso de peso corporal tienen un mayor riesgo de cáncer de tiroides que aquellas que no tienen exceso de peso. El riesgo parece ser mayor a medida que aumenta el índice de masa corporal (BMI).
Yodo en la alimentación
El cáncer folicular de tiroides es más común en algunas partes del mundo donde las dietas de las personas son bajas en yodo. Por otro lado, una alimentación con mucho yodo puede aumentar el riesgo de cáncer de tiroides papilar. En los Estados Unidos, la mayoría de las personas obtiene suficiente yodo en la alimentación, ya que se le añade a la sal de mesa y otros alimentos.