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Para preguntas médicas, le animamos a revisar su información con su médico.
Si el cáncer de próstata se propaga a otras partes del cuerpo (hay metástasis), casi siempre pasa primero a los huesos. Si el cáncer ha crecido fuera de la próstata, uno de los principales objetivos del tratamiento es prevenir o ralentizar su propagación a los huesos. Si el cáncer ya ha alcanzado los huesos, el control o alivio del dolor y otras complicaciones también es una parte muy importante del tratamiento.
La metástasis en los huesos (o metástasis ósea) puede causar dolor y otros problemas, como fracturas (quebraduras), compresión de la médula espinal (cuando el tumor presiona la médula espinal) o altos niveles de calcio en la sangre, lo que puede ser peligroso o incluso potencialmente mortal.
Para ello, hay tratamientos como la terapia hormonal, la quimioterapia, la terapia dirigida y la inmunoterapia que pueden ser útiles, aunque otros tratamientos atacan específicamente la metástasis en los huesos y los los problemas que puede causar.
Los bisfosfonatos son medicamentos que funcionan al desacelerar las células óseas llamadas osteclastos. Estas células normalmente disuelven la estructura mineral dura de los huesos para ayudarlos a mantenerse sanos. Cuando las células del cáncer de próstata se propagan a los huesos, los osteoclastos pueden volverse superactivos, lo cual puede ocasionar problemas. Los bisfosfonatos se pueden usar en estas situaciones:
El ácido zoledrónico (Zometa u otras marcas) es el bisfosfonato más usado para tratar el cáncer de próstata. Este medicamento se administra como inyección intravenosa usualmente una vez cada tres o cuatro semanas. A los hombres que toman este medicamento se les recomienda tomar un suplemento que contenga calcio y vitamina D para prevenir problemas de bajos niveles de calcio.
A veces se utilizan otros bisfosfonatos para tratar el cáncer de próstata que se ha propagado a los huesos.
Los efectos secundarios de los bisfosfonatos pueden incluir síntomas parecidos a los de la gripe y dolor en los huesos o las articulaciones. Estos medicamentos también pueden causar problemas renales, por lo que es posible que los pacientes que tienen una función renal deficiente no puedan recibir tratamiento con estos medicamentos.
Un efecto secundario de estos medicamentos que es poco común, pero muy grave, es la osteonecrosis mandibular (ONJ, por sus siglas en inglés). Debido a esta afección, parte del hueso de la mandíbula pierde su suministro de sangre y muere. Esto puede causar la pérdida de dientes e infecciones del hueso de la mandíbula que son difíciles de tratar. Algunas personas padecen osteonecrosis de la mandíbula cuando se realizan procedimientos dentales durante el tratamiento. Con frecuencia, a muchos hombres se les recomienda acudir a un control dental y tratar cualquier problema dental o mandibular antes de comenzar a tomar un bisfosfonato. Mantener una buena higiene oral mediante el uso de hilo dental y el cepillado de los dientes, asegurarse de que las dentaduras estén ajustadas correctamente, y someterse a exámenes dentales regularmente también puede ayudar a evitar la osteonecrosis de la mandíbula.
El denosumab (Xgeva, Prolia) es otro medicamento que puede ser útil cuando el cáncer de próstata se propaga a los huesos. Al igual que los bisfosfonatos, el denosumab también bloquea los osteoclastos, pero lo hace de una manera diferente. Estos medicamentos se pueden usar en estas situaciones:
Este medicamento se inyecta debajo de la piel. Suele administrarse entre una vez cada 4 semanas y una vez cada 6 meses, según el motivo de su uso. A menudo se aconseja a los hombres que reciben este medicamento que tomen un suplemento que contenga calcio y vitamina D para prevenir problemas de bajos niveles de calcio.
Algunos efectos secundarios comunes del denosumab incluyen náuseas, diarrea y debilidad o cansancio. Al igual que los bisfosfonatos, el denosumab también puede causar osteonecrosis mandibular, por lo tanto, los médicos recomiendan tomar las mismas precauciones (como tratar cualquier problema de los dientes o de la mandíbula antes de comenzar a tomar el medicamento).
Los medicamentos corticosteroides (como la prednisona y la dexametasona) también podrían ser útiles para aliviar el dolor de huesos en algunos hombres. También pueden ayudar a bajar los niveles de PSA.
A menudo, estos medicamentos ya forman parte del tratamiento del cáncer de próstata que se propagó, ya que se administran junto con ciertos medicamentos de quimioterapia o terapia hormonal.
La radioterapia (radiación) puede reducir el dolor en los huesos, especialmente si el dolor está limitado a una o a sólo algunas partes de los huesos. La radiación se puede dirigir a los tumores en la columna vertebral, lo que puede aliviar la presión en la médula espinal en algunos casos, y prevenir una parálisis. En algunos centros, esto se hace con radioterapia corporal estereotáctica (SBRT, por sus siglas en inglés), que permite que el tratamiento se complete más rápido.
La radioterapia también puede aliviar otros síntomas al reducir el tamaño de los tumores en otras partes del cuerpo.
Los radiofármacos son medicamentos que contienen elementos radiactivos. Se inyectan en una vena y se asientan en partes de los huesos afectados (como los que contienen propagación del cáncer). Una vez allí, emiten radiación que destruye las células cancerosas.
Estos medicamentos se pueden usar para tratar el cáncer de próstata que se ha propagado a muchos huesos. A diferencia de la radiación de rayos (o haces) externos, estos medicamentos pueden alcanzar todos los huesos afectados al mismo tiempo.
Los radiofármacos que pueden utilizarse para tratar cáncer de próstata que se ha propagado a los huesos incluyen los siguientes:
Todos estos medicamentos pueden aliviar el dolor causado por las metástasis en los huesos.
El radio-223 también ha servido para que los hombres que tienen cáncer de próstata propagado solo a los huesos (a diferencia de propagación a otros órganos, como los pulmones) puedan vivir más tiempo. En el caso de estos hombres, el radio-223 puede formar parte del tratamiento inicial.
El principal efecto secundario de estos medicamentos es una disminución de los recuentos de células sanguíneas, lo cual podría aumentar los riesgos de infecciones o sangrado, especialmente si ya tiene los recuentos bajos. También es posible experimentar otros efectos secundarios, por lo que debe hablar con su médico sobre qué esperar.
Estos tratamientos concentran un calor o frío extremo en los tumores óseos para eliminarlos (destruirlos). Los tratamientos ablativos podrían ser viables si hay solo algunos tumores, en especial cuando la radiación no está funcionando. Una desventaja con algunas técnicas ablativas es que requieren que se inserte una sonda en el tumor, lo cual no siempre es posible con tumores óseos.
Algunos ejemplo de tratamientos ablativos incluyen los siguientes:
Ecografía focalizada de alta intensidad (HIFU): Para esta técnica, una sonda fuera del cuerpo concentra las ondas de ultrasonido en el tumor para calentar y destruir las células cancerosas.
Ablación por radiofrecuencia (RFA): Con esta técnica, se inserta en el tumor una sonda metálica delgada. Luego se pasa una corriente eléctrica a través de la sonda, lo cual ayuda a calentar la punta para eliminar las células cancerosas.
Crioablación (crioterapia): Para este tratamiento, se inserta en el tumor una sonda metálica delgada y hueca. Se pasan gases muy fríos por la sonda para congelar las células cancerosas. Luego el tumor se descongela y se repite el proceso.
Actualmente, se están estudiando otras técnicas ablativas que incluyen ablación por microondas, ablación láser y electroporación irreversible (IRE, por sus siglas en inglés).
La cifoplastia es una cirugía menor para estabilizar un doloroso hueso colapsado en la columna vertebral debilitada por el cáncer de próstata. Durante este procedimiento, se hace una pequeña incisión en el centro de la espalda y se coloca un globo en el hueso espinal débil. El globo se llena primero con aire y luego una mezcla parecida al cemento (que se endurecerá) para estabilizar el hueso y la columna vertebral.
Cuando se recetan adecuadamente, los medicamentos para el dolor son muy eficaces. Estos medicamentos actúan mejor cuando se administran siguiendo un horario establecido, y no funcionan tan bien si se administran solo cuando el dolor se intensifica.
Si usted tiene dolor en los huesos a causa del cáncer de próstata, es muy importante tratarlo. Esto le puede ayudar a que se sienta mejor y le permitirá concentrarse en los asuntos que son más importantes para usted. No dude en hablar con su equipo de atención oncológica respecto al dolor, otros síntomas o cualquier preocupación que tenga sobre su calidad de vida. El dolor y la mayoría de los otros síntomas del cáncer de próstata con frecuencia se pueden tratar.
Para obtener más información en cuanto al dolor, cómo hablar con el equipo de atención oncológica sobre ello y sobre las diferentes maneras de controlarlo, consulte Dolor relacionado con el cáncer.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
Nuestro equipo está compuesto de médicos y personal de enfermería con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenido médico.
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Actualización más reciente: noviembre 22, 2023
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