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Para muchas personas con cáncer colorrectal, el tratamiento puede extirpar o destruir el cáncer. El final del tratamiento puede causarle tanto estrés como emoción. Usted tal vez sienta alivio de terminar el tratamiento, aunque aún le resulte difícil no preocuparse por que el cáncer regrese. Esta preocupación es muy común si uno ha tenido cáncer.
En algunas personas, puede que el cáncer colorrectal nunca desaparezca por completo. Algunas personas pueden recibir tratamiento habitual con quimioterapia, radioterapia o con otros métodos para tratar de controlar el cáncer durante el mayor tiempo posible. Aprender a vivir con cáncer que no desaparece puede ser difícil y muy estresante.
Consulte con su médico sobre la creación de un plan de atención durante la supervivencia que sea adecuado para usted. En este plan se puede incluir lo siguiente:
Si ya ha terminado el tratamiento, es muy probable que tenga consultas de seguimiento con su médico durante muchos años. Es muy importante que acuda a todas las citas de seguimiento. Durante estas citas, los médicos le preguntarán si tiene algún problema y quizá le hagan exámenes y análisis clínicos o estudios por imágenes para buscar signos de la reaparición del cáncer, algún cancer nuevo o efectos secundarios del tratamiento.
En cierta medida, la frecuencia de las consultas de seguimiento y de las pruebas dependerá de la etapa del cáncer y de la probabilidad de que la enfermedad regrese.
Casi todos los tratamientos para el cáncer pueden tener efectos secundarios. Algunos podrían durar unos días o semanas, mientras que otros pueden durar meses o años. Algunos efectos secundarios podrían incluso no aparecer hasta meses después de haber terminado el tratamiento. Las citas médicas son una buena oportunidad para que haga preguntas y hable de cualquier cambio o problema que note, o de las preocupaciones que tenga.
Si no hay signos de cáncer remanente, muchos médicos recomiendan exploraciones físicas (exámenes físicos) y algunas de las pruebas que se mencionan a continuación, para que se las haga cada 3 a 6 meses durante los dos primeros años después del tratamiento y luego cada 6 meses más o menos durante los años siguientes. Puede que las personas a quienes se les trató el cáncer en etapa temprana se hagan las pruebas menos a menudo.
En la mayoría de los casos, su médico recomendará una colonoscopia aproximadamente al año de hacerse la cirugía. Si los resultados son normales, la mayoría de las personas no necesitará hacerse otra durante 3 años. Si los resultados de ese examen son normales, con frecuencia los exámenes siguientes se pueden hacer cada 5 años aproximadamente. Si la colonoscopia muestra zonas anómalas o pólipos, puede que haya que hacer la prueba con más frecuencia.
Si usted tuvo cáncer de recto que se lo sacaron con una escisión transanal (cirugía que se hace a través del ano), su médico probablemente le recomiende una proctoscopia cada 3 a 6 meses durante los primeros dos años después del tratamiento, y luego alrededor de cada 6 meses durante los siguientes años. Esto permite que el médico tenga una visión más detallada de la parte donde se encontraba el tumor para ver si el cáncer podría haber regresado.
Su médico puede recomendar estudios por imágenes, dependiendo de la etapa del cáncer y de otros factores. Las tomografías computarizadas (CT) se pueden hacer periódicamente, por ejemplo, una vez cada 6 meses hasta un año, para aquellas personas con alto riesgo de recurrencia, especialmente en los primeros años después del tratamiento. Las personas a las que les extirparon tumores en el hígado o en los pulmones podrían hacerse tomografías cada 3 a 6 meses durante los primeros años.
El antígeno carcinoembrionario (CEA, por sus siglas en inglés) es un marcador tumoral que se puede detectar en la sangre de algunas personas con cáncer colorrectal. Antes de comenzar el tratamiento, los médicos a verifican el nivel de este marcador con un análisis de sangre.
Si al principio el nivel es alto y luego baja a niveles normales después de operar, se puede volver a revisar cuando vuelva a una cita de seguimiento (por lo general, cada 3 a 6 meses durante los primeros dos años después del tratamiento, luego cada 6 meses más o menos durante los años siguientes). Si el nivel del CEA vuelve a subir, puede ser un signo de que el cáncer ha regresado, y se podrían hacer una colonoscopia o estudios por imágenes para tratar de investigar más sobre ello.
Si los niveles de los marcadores tumorales no eran altos cuando se detectó el cáncer por primera vez, es probable que estos niveles no sean útiles para indicar el regreso del cáncer.
Incluso después del tratamiento, es muy importante mantener un seguro médico. Las pruebas y las consultas médicas cuestan mucho dinero, y aunque nadie quiere pensar en la reaparición del cáncer, esto podría ocurrir.
En algún momento después del tratamiento del cáncer, es posible que termine viendo a otro médico que no sabe nada de su historia clínica (antecedentes médicos). Es importante que guarde copias de sus informes médicos para que dé al médico nuevo los detalles de su diagnóstico y tratamiento.
Casi todos los efectos secundarios desaparecen después del tratamiento, pero algunos pueden continuar y necesitan atención especial. Por ejemplo, si le hicieron una colostomía o una ileostomía, es posible que le preocupe realizar las actividades cotidianas. Independientemente de si la ostomía es temporal o permanente, un profesional de la salud capacitado para ayudar a las personas con colostomías e ileostomías (conocido con el nombre de profesional de terapia enterostomal) puede enseñarle a cuidar de ella. Para saber más sobre el tratamiento y los cuidados de la ostomía, visite la Guía de colostomía y la Guía de ileostomía.
Algunas personas con cáncer de colon o de recto pueden tener problemas duraderos con diarrea crónica, ir al baño con frecuencia o problemas con no ser capaces de aguantar (retener) las heces. Algunas personas también pueden tener problemas de entumecimiento u hormigueo en los dedos de las manos y de los pies (neuropatía periférica) debido a la quimioterapia que recibieron.
Si usted tiene (o ha tenido) cáncer colorrectal, probablemente quiera saber si hay cosas que puede hacer (aparte del tratamiento) con las que pueda disminuir el riesgo que corre de que el cáncer vuelva, tales como estar o mantenerse en activo, comer ciertos alimentos o tomar suplementos nutricionales. Afortunadamente, la investigación ha demostrado que hay algunas medidas que puede tomar que podrían ser útiles.
Se sabe que el exceso de peso corporal (la obesidad o el sobrepeso) aumenta el riesgo de tener cáncer colorrectal. Sin embargo, no está claro si el exceso de peso aumenta el riesgo de que el cáncer colorrectal regrese o de que el paciente muera por cáncer colorrectal. Tampoco se sabe bien si la pérdida de peso durante el tratamiento o después de él puede realmente disminuir el riesgo de que haya recurrencia del cáncer colorrectal.
Por supuesto, lograr un peso saludable también puede tener muchos otros beneficios para la salud. Si está pensando en perder peso, es importante que consulte con su médico, sobre todo si aún está recibiendo tratamiento o si acaba de finalizarlo.
Gran parte de la investigación sugiere que las personas que realizan actividad física de forma habitual después del tratamiento tienen un menor riesgo de recurrencia del cáncer colorrectal y de morir a causa de esta enfermedad. La actividad física también se ha relacionado con una mejor calidad de vida, un mejor funcionamiento físico y menos síntomas de cansancio. No está claro cuánta actividad exactamente es necesaria, aunque parece ser que más es mejor.
Algunos estudios también han encontrado que pasar menos tiempo sentado o acostado está relacionado con un menor riesgo de morir de cáncer colorrectal.
Es importante consultar con su equipo de atención oncológica (del cáncer) antes de empezar algún programa nuevo de actividad física. Esto también podría incluir la consulta con un fisioterapeuta. Su equipo puede ayudarle a planificar un programa que sea seguro y eficaz para usted.
En general, no está claro que llevar algún tipo específico de alimentación pueda ayudar a disminuir el riesgo de que el cáncer colorrectal regrese. Algunos estudios han sugerido que los sobrevivientes de cáncer colorrectal que consumen muchas verduras, frutas, granos integrales o enteros, pollo y pescado podrían vivir más tiempo que los que llevan una alimentación con más azúcar refinada, grasas y carnes rojas o procesadas. Sin embargo, no está claro si esto se debe a los efectos en el cáncer colorrectal o posiblemente a otros beneficios para la salud que se dan al adoptar una dieta saludable.
Aun así, alimentarse sanamente tiene claramente sus beneficios para la salud. Por ejemplo, la alimentación rica en fuentes vegetales a menudo forma parte importante de lograr y mantener un peso saludable. Consumir alimentos sanos también puede ayudar a reducir el riesgo de tener algunos otros problemas de salud, tales como enfermedades del corazón y diabetes.
Hasta el momento, ningún suplemento alimenticio ha demostrado claramente que ayude a reducir el riesgo de que el cáncer colorrectal empeore o regrese. Esto no significa que ninguno será útil, aunque es importante saber que ninguno ha demostrado serlo.
Vitamina D: Algunas investigaciones han sugerido que los sobrevivientes de cáncer colorrectal con niveles más altos de vitamina D en la sangre podrían tener mejor pronóstico que los que tienen niveles más bajos. Otra investigación ha sugerido que las personas con cáncer colorrectal que tienen niveles bajos de vitamina D puede que presenten peores niveles de supervivencia que las que tienen niveles normales, pero se necesitan más estudios. Sin embargo, no está claro si tomar suplementos de vitamina D puede afectar los resultados del tratamiento.
Calcio: Algunas investigaciones sugieren que tomar más calcio puede bajar el riesgo de reaparición de adenomas en el colon. Otra investigación ha sugerido que las personas con cáncer colorrectal en etapa temprana que consumen un nivel alto de leche y de calcio quizá tengan un menor riesgo de morir. Sin embargo, no está claro si los suplementos de calcio pueden disminuir el riesgo de que el cáncer colorrectal regrese.
En los Estados Unidos, los suplementos alimenticios no están regulados como los medicamentos, pues los fabricantes no tienen que demostrar que son eficaces (o incluso seguros) antes de venderlos, aunque hay límites en lo que se les está permitido afirmar que estos pueden hacer. Si está considerando tomar cualquier tipo de suplemento nutricional, hable primero con su equipo de atención oncológica (del cáncer) para que le ayuden a decidir cuáles puede utilizar con seguridad y evitar los que sean perjudiciales.
Muchos estudios han encontrado que las personas que toman aspirina habitualmente corren menos riesgo de cáncer colorrectal y de pólipos. Cierta evidencia sugiere que comenzar a tomar aspirina después del diagnóstico de cáncer colorrectal podría disminuir el riesgo de que el cáncer regrese, y también el riesgo de morir por este cáncer. Sin embargo, no está claro si este beneficio se observa en todas las personas con cáncer colorrectal.
Dado que la aspirina puede tener efectos secundarios serios o incluso potencialmente mortales, tales como sangrado por irritación estomacal o úlceras estomacales (del estómago), la mayoría de los expertos recomienda consultar con su médico antes de comenzar a tomar aspirina habitualmente como forma de reducir el riesgo de recurrencia.
Beber alcohol se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal, sobre todo en los hombres, aunque no está claro si el alcohol afecta el riesgo de recurrencia del cáncer colorrectal.
Lo mejor es no beber alcohol. Para las personas que sí beben alcohol, no deben tomar más de 1 bebida al día (en el caso de las mujeres) o 2 bebidas al día (en el caso de los hombres). Esto puede ayudar a reducir el riesgo de llegar a tener ciertos tipos de cáncer (incluido el cáncer colorrectal). Sin embargo, para las personas que han completado el tratamiento del cáncer, se desconocen ampliamente los efectos del alcohol en el riesgo de recurrencia.
Debido a que este tema es complejo, es importante hablarlo con su equipo de atención médica, teniendo en cuenta el riesgo de recurrencia del cáncer colorrectal que usted tiene (o de un nuevo cáncer colorrectal) y del riesgo que corre de tener otros problemas de salud relacionados con el consumo de alcohol.
Las investigaciones han mostrado que los sobrevivientes de cáncer colorrectal que fuman son más propensos a morir de cáncer (así como de otras causas). Además de los efectos en el riesgo de cáncer colorrectal, dejar de fumar claramente puede tener muchos beneficios para la salud.
Si está pensando en dejar de fumar y necesita ayuda, consulte con su médico o llame a la American Cancer Society al 1-800-227-2345 para recibir información y apoyo.
Si el cáncer regresa (recurre) en algún momento, las opciones de tratamiento que tenga dependerán de dónde se encuentre el cáncer, de los tratamientos que haya recibido antes y de su estado general de salud. Para más información sobre cómo se trata el cáncer recurrente, lea Tratamiento del cáncer de colon según la etapa o Tratamiento del cáncer de recto según la etapa.
Para obtener más información general sobre la recurrencia, consulte Entender la recurrencia.
Las personas que han tenido cáncer colorrectal, aún pueden padecer otros tipos de cáncer. De hecho, los sobrevivientes de cáncer colorrectal son muy propensos a tener otro cáncer colorrectal, así como otros tipos de cáncer. Para más información, lea Segundo cáncer después del cáncer colorrectal.
Es normal sentir depresión, ansiedad o preocupación cuando el colorrectal cáncer forma parte de su vida. Algunas personas se ven más afectadas que otras. Aun así, todos pueden beneficiarse de recibir ayuda y apoyo de los demás, ya sea amistades y familiares, grupos religiosos, grupos de apoyo, consejeros profesionales o demás.
Aprender a sentirse cómodo con su cuerpo durante el tratamiento del cáncer colorrectal y después de él es una experiencia personal que es diferente para cada persona. Algunas personas pueden sentirse cohibidas y conscientes de sí mismas si tienen una colostomía o una ileostomía como resultado del tratamiento. Algunas personas pueden tener problemas sexuales como resultado del tipo de cirugía que les hicieran para el cáncer. La información y el apoyo pueden ayudarle a sobrellevar estos cambios con el tiempo. Sepa más en Efectos secundarios relacionados con la sexualidad.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
Nuestro equipo está compuesto de médicos y personal de enfermería con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenido médico.
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Actualización más reciente: abril 29, 2025
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