Pruebas de detección del cáncer colorrectal
La detección es el proceso de buscar cáncer o precáncer en las personas que no tienen ningún síntoma de la enfermedad. Las pruebas de detección del cáncer colorrectal que se hacen regularmente son una de las herramientas más poderosas para prevenir este tipo de cáncer.
Desde el momento en que las primeras células anómalas comienzan a convertirse en pólipos, usualmente pasan entre 10 y 15 años para que éstas se transformen en cáncer colorrectal. La mayoría de los pólipos se pueden descubrir con pruebas de detección habituales, y se pueden extirpar antes de que tengan la oportunidad de convertirse en cáncer. Las pruebas de detección también son útiles en encontrar el cáncer colorrectal en sus inicios (temprano), cuando es pequeño, no se ha extendido y es más probable que el tratamiento sea eficaz.
Si tiene 45 años o más, usted debe comenzar a hacerse las pruebas de detección del cáncer colorrectal. Se pueden usar varios tipos de pruebas. Hable con el proveedor de la atención médica sobre qué pruebas serían buenas en su caso. Lo más importante es hacerse la prueba, sin importar la prueba que elija.
Si usted tiene un antecedente familiar significativo de cáncer colorrectal o de pólipos, consulte con su médico sobre el riesgo que corre. Es posible que se beneficie de recibir asesoría genética para revisar su árbol genealógico médico y ver la probabilidad de que tenga algún síndrome de cáncer familiar.
Peso corporal, actividad física y alimentación
Es posible que pueda reducir el riesgo de cáncer colorrectal si controla su alimentación y su actividad física.
Peso: El sobrepeso (obesidad o exceso de peso) aumenta el riesgo de cáncer colorrectal tanto en los hombres como en las mujeres, aunque esta asociación parece ser mayor entre los hombres. Lograr y mantener un peso saludable también podría ayudar a reducir su riesgo.
Actividad física: Adoptar un estilo de vida más activo reduce el riesgo de tener cáncer colorrectal y pólipos. La actividad física de nivel moderado a intenso puede disminuir el riesgo. Aumentar el tiempo de actividad física, así como su intensidad, puede ayudar a reducir el riesgo.
Alimentación: En general, una alimentación con muchas frutas, verduras y granos integrales, y con pocas carnes rojas y procesadas, probablemente disminuya el riesgo del cáncer colorrectal, aunque aún no está claro exactamente los factores que son importantes. Muchos estudios han encontrado un vínculo entre las carnes rojas (res, cerdo y cordero) o las carnes procesadas (como embutidos, salchichas y perros calientes o hot dogs) y un mayor riesgo de cáncer colorrectal.
En los últimos años, algunos estudios amplios han mostrado evidencia contradictoria de que la fibra en la dieta probablemente reduce el riesgo de cáncer colorrectal. Se siguen realizando investigaciones sobre este asunto.
Limitar las carnes rojas y procesadas, así como comer más frutas, verduras y granos integrales podría ayudar a disminuir el riesgo.
Alcohol: En varios estudios se ha detectado que el aumento en el consumo de alcohol conlleva un mayor riesgo de cáncer colorrectal, especialmente entre los hombres. Lo mejor es no beber alcohol. Para las personas que sí beben, no deben tomar más de 1 bebida al día (en el caso de las mujeres) o 2 bebidas al día (en el caso de los hombres). No beber alcohol puede ayudar a reducir el riesgo.
Para obtener más información sobre la alimentación y la actividad física, consulte la Guía de la American Cancer Society sobre alimentación y actividad física para la prevención del cáncer.
Dejar de fumar
El hábito de fumar durante un tiempo extenso se relaciona con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, así como con muchos otros tipos de cáncer y de problemas de salud. Dejar de fumar puede ayudar a disminuir el riesgo de tener cáncer colorrectal y muchos otros tipos de cáncer. Si usted fuma y desea recibir ayuda para dejar de fumar, llame a la American Cancer Society al 1-800-227-2345.
Vitaminas, calcio y magnesio
Algunos estudios indican que, si se toma diariamente un complejo multivitamínico que contenga ácido fólico (folato), se puede disminuir el riesgo de padecer cáncer colorrectal, aunque esto no se ha averiguado en todos los estudios. De hecho, algunos estudios han sugerido que el ácido fólico podría contribuir al crecimiento de los tumores existentes. Aún se necesita investigar más sobre este tema.
Algunos estudios han sugerido que la vitamina D (la cual se puede obtener mediante la exposición al sol, ciertos alimentos o mediante una pastilla de vitaminas) puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Los estudios han demostrado que los niveles bajos de vitamina D están asociados con un mayor riesgo de cáncer colorrectal y de otros tipos de cáncer. Debido a la preocupación de que la exposición excesiva al sol pueda causar cáncer de piel, actualmente la mayoría de los expertos no recomienda esta forma de reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Se necesitan más estudios para determinar si aumentar el consumo de vitamina D en algún suplemento puede ayudar a prevenir el cáncer colorrectal. Es mejor hablar con su médico sobre si le deben hacer análisis del nivel de vitamina D.
En algunos estudios, los niveles bajos de calcio se han asociado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, mientras que en otros se sugiere que aumentar el consumo de calcio puede disminuir el riesgo de reaparición de los adenomas colorrectales. El calcio es importante por varios motivos de salud, además de los posibles efectos en el riesgo de cáncer. Sin embargo, dado el posible aumento del riesgo de cáncer de próstata en hombres que consumen mucho calcio y productos lácteos, y dado el posible menor riesgo de otros tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal y el cáncer de seno, la American Cancer Society no ofrece ninguna recomendación específica sobre el consumo de productos lácteos para prevenir el cáncer.
La vitamina D y el calcio podrían actuar juntos en la disminución del riesgo del cáncer colorrectal, dado que la vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Aun así, no todos los estudios han encontrado que los suplementos de estos nutrientes reduzcan el riesgo.
Varios estudios han encontrado una posible asociación entre una alimentación alta en magnesio y un riesgo reducido de cáncer colorrectal, especialmente en las mujeres. Se necesitan más investigaciones para determinar si este vínculo existe.
Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID)
Muchos estudios han encontrado que las personas que toman habitualmente aspirina u otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE o NSAID, por sus siglas en inglés), tales como el ibuprofeno (Motrin, Advil) y el naproxeno (Aleve), tienen menos riesgo de padecer cáncer colorrectal y pólipos.
Sin embargo, la aspirina y otros NSAID pueden causar efectos secundarios que pueden ser graves o potencialmente mortales, tales como sangrado por la irritación del estómago o úlceras estomacales, y que pueden sobrepasar los beneficios de estas medicinas en la población general. Por esta razón, la American Cancer Society no recomienda tomar NSAID solo para reducir el riesgo de cáncer colorrectal si se tiene un riesgo promedio.
Aun así, en el caso de algunas personas de entre 50 y 59 años de edad que corren mucho riesgo de tener enfermedad del corazón (una situación en la que las dosis bajas de aspirina es beneficioso), esta también puede ofrecer el beneficio de disminuir el riesgo de cáncer colorrectal.
Debido a que la aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroides pueden causar efectos secundarios serios, consulte con su médico antes de comenzar a tomar cualquiera de ellos de manera habitual.
Terapia de reemplazo hormonal para mujeres
Algunos estudios han demostrado que tomar estrógeno y progesterona después de la menopausia (a veces llamada terapia hormonal menopáusica o terapia de reemplazo hormonal combinada) puede reducir el riesgo de una mujer de tener cáncer colorrectal, aunque en otros estudios no se ha demostrado.
Debido a que tomar estrógeno y progesterona después de la menopausia también puede aumentar en las mujeres el riesgo de enfermedad cardíaca, coágulos sanguíneos y cáncer de seno y de pulmón, no se recomienda normalmente para simplemente disminuir el riesgo de cáncer colorrectal.
Si usted está considerando utilizar la terapia hormonal en la menopausia, asegúrese de hablar con su médico sobre los riesgos y posibles beneficios.