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Sofocos o bochornos y sudor

Muchas personas con cáncer tienen sofocos (bochornos) o sudor, incluso por la noche (sudor nocturno). Esto le puede pasar a personas de cualquier sexo.

Los sofocos o bochornos y el sudor (o sudación) son algunos de los efectos secundarios más comunes de la terapia hormonal que se administra para el cáncer de seno, de próstata y del endometrio. Es posible que haya tratamientos con los que se pueden controlar los síntomas.

¿Qué son los sofocos y el sudor?

Los sofocos o bochornos son sensaciones recurrentes (pasan más de una vez) de acaloramiento repentino, a menudo en la cara, el cuello y el tórax. Pueden hacerle sudar y enrojecerse. El sudor (también conocido como sudación, transpiración o diaforesis: sudor en exceso) es la manera que tiene el cuerpo de refrescarse. Cuando a uno le dan sofocos por la noche, a estos se les denomina sudación (sudoración) nocturna (o hiperhidrosis nocturna).

A veces a los sofocos y al sudor nocturno se les llama síntomas vasomotores.

¿Cuáles son las causas de los sofocos, del sudor y de la sudación nocturna?

Por lo general, los sofocos o bochornos se relacionan con los cambios hormonales en el cuerpo. No se entiende exactamente del todo cómo los cambios hormonales causan los sofocos, pero se sabe que una parte del cerebro llamada hipotálamo está relacionada con ello. (El hipotálamo es el termostato interno del cuerpo).

Hay determinados tipos de tratamiento del cáncer como la quimioterapia, la radioterapia y la terapia hormonal (endocrina) que pueden afectar los niveles hormonales en el cuerpo, lo cual podría causar síntomas de sofocos y de sudor. Entre las terapias hormonales se incluyen las mencionadas a continuación:

  • Inhibidores de la aromatasa (AI, por sus siglas en inglés), tales como el anastrozol (Arimidex), el exemestano (Aromasin) y el letrozol (Femara)
  • Moduladores selectivos de receptores de estrógeno (SERM), como el tamoxifeno y el raloxifeno
  • Degradadores selectivos de los receptores de estrógeno (SERD, por sus siglas en inglés), tales como el fulvestrant (Faslodex), el elacestrant (Orserdu) y el imlunestrant (Inluriyo)
  • Agonistas de la hormona liberadora de hormona luteinizante (LHRH), tales como la leuprolida (Lupron) y la goserelina (Zoladex)
  • Antiandrógenos, también conocidos como terapia de privación androgénica (o privación de andrógenos, ADT), tales como la apalutamida (Erleada), la enzalutamida (Xtandi), la darolutamida (Nubeqa), la bicalutamida (Casodex), la flutamida (Eulexin) y la nilutamida.
  • Progestinas, por ejemplo, el acetato de medroxiprogesterona (Provera) y el acetato de megestrol (Megace)
  • Cirugía para extirpar los ovarios (ooforectomía u ovariectomía) o los testículos (orquiectomía)

Las personas que reciben terapia hormonal para el cancer de seno, de próstata y del endometrio tienen más probabilidad de tener sofocos (bochornos) y sudor, en comparación con las personas que reciben otros tipos de tratamiento para el cáncer.

Algunos tipos de cáncer como el linfoma también pueden causar sudor nocturno.

Otras causas posibles de los sofocos o del sudor incluyen las siguientes:

  • Actividad física
  • Angustia emocional o física
  • Infección o fiebre
  • Menopausia
  • Ciertas medicinas, sobre todo los antidepresivos
  • Problemas con la glándula tiroidea (tiroides)
  • Azúcar bajo en la sangre

Signos y síntomas

El sudor puede variar en intensidad, desde tener la piel levemente fría y húmeda hasta empaparse de sudor, lo cual requiere que se cambie de ropa o que cambie las sábanas. Podría sudar incluso cuando hace frío. Sudar es el signo más común de sofocos, pero hay otros síntomas que también podría tener, y que se mencionan a continuación:

  • Sensación de acaloramiento o de ruborizarse (sonrojarse)
  • Escalofríos o temblor
  • Piel rosada o rojiza
  • Fiebre seguida de mucho sudor mientras vuelve a bajar la temperatura del cuerpo
  • Sensación de calor inusual en una o más partes del cuerpo
  • Latidos (palpitaciones) rápidos del corazón
  • Ansiedad

Si continúan los sofocos o el sudor durante mucho tiempo, es frecuente que también aparezcan problemas de fatiga (cansancio) o problemas del sueño​.

Tratamientos

A veces se pueden dar medicinas para aliviar los sofocos. El tratamiento principal para los sofocos (bochornos) y otros síntomas de la menopausia ha sido la terapia hormonal, pero también hay opciones que no se relacionan con hormonas.

Cada persona es diferente, por lo que es importante hablar con su equipo de atención oncológica sobre qué tratamiento le conviene más a usted.

Terapia de reemplazo (o reposición) hormonal (HRT)

La terapia de reemplazo (o reposición) hormonal (HRT, por sus siglas en inglés) se usa en la mayoría de los casos para tratar los sofocos o el sudor relacionado con los niveles bajos de estrógeno. En el caso de las sobrevivientes de cáncer que tienen el útero intacto, se podría dar progestina. La terapia HRT también se puede llamar terapia de reemplazo (o restitución) durante la menopausia (MRT, por sus siglas en inglés).

Existen varias formas de administrar la terapia HRT, por ejemplo, por vía oral (pastillas), por vía transdérmica o transcutánea (un parche o una crema en la piel), por vía vaginal y en forma de dispositivo intrauterino (DIU o IUD, por sus siglas en inglés).

Duavee para los síntomas vasomotores: Duvee es una medicina que cuenta con la aprobación de la FDA (la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos) para aliviar los síntomas vasomotores, incluidos los sofocos. Actúa al combinar hormonas de estrógeno conjugadas (mezcladas) con el modulador selectivo de los receptores de estrógeno (SERM) bazedoxifeno.

Para tratar los sofocos y el sudor relacionados con los niveles bajos de testosterona: La terapia HRT puede incluir testosterona, acetato de medroxiprogesterona (MPA), acetato de ciproterona (Androcur) o estrógeno.

Riesgos y efectos secundarios de la terapia de reemplazo hormonal (HRT): Algunas personas no deben tomar HRT debido a los posibles riesgos o efectos secundarios. La posibilidad de que la HRT sea una opción en su caso depende del tipo del cáncer y de la etapa en que se encuentra la enfermedad, así como de otros factores como sus genes (el ADN).

La terapia HRT quizá no sea una opción si tiene ciertos problemas de salud o si corre riesgo de tenerlos. Por ejemplo, si corre más riesgo de tener determinados tipos de cáncer, la terapia de restitución hormonal puede incluso aumentar más el riesgo.

Otras opciones (que no son con hormonas)

Medicamentos recetados

Existen algunos medicamentos sin hormonas que están aprobados por la FDA para tratar los sofocos, de moderados a intensos.

  • El fezolinetant (Veozah) y el elinzanetant (Lynkuet) bloquean ciertas sustancias químicas en el cerebro que se relacionan con los sofocos o bochornos.
  • Brisdelle (la paroxetina) es un inhibidor selectivo de la recaptación (o reabsorción) de serotonina (SSRI, por sus siglas en inglés) que está aprobado solamente para tratar los sofocos (no la depresión, como sucede con otros inhibidores SSRI).

Medicamentos para usar fuera de las indicaciones autorizadas (off label)

Algunos medicamentos se administran fuera de las indicaciones que la FDA autoriza para tratar los sofocos. Entre estos medicamentos se incluyen los siguientes:

  • Los inhibidores de la recaptación (o reabsorción) de serotonina y noradrenalina (SNRI, por sus siglas en inglés) y los inhibidores selectivos de la recaptación (o reabsorción) de serotonina (SSRI) que generalmente se usan para tratar la depresión
  • La gabapentina y la pregabalina (medicamentos con los que a menudo se tratan las convulsiones, el dolor de origen neural [nervioso] y el síndrome de las piernas inquietas)
  • La oxibutinina, un tipo de medicamento anticolinérgico con el que normalmente se tratan los síntomas de vejiga hiperactiva
  • La clonidina, un medicamento agonista α (alfa) con el que normalmente se trata la presión arterial (tensión) alta

Complementos o suplementos alimenticios

Se ha sugerido que determinadas vitaminas, minerales y otros complementos (suplementos) pueden ser útiles para aliviar el sudor y los sofocos. Sin embargo, no existen suficientes pruebas o indicios de calidad para saber si son seguros (no son muy tóxicos) y eficaces en las personas que tienen antecedentes o un historial de cáncer.

Hable siempre con su médico o con el equipo de atención oncológica antes de comenzar o dejar cualquier medicina o complemento.

Consejos para prevenir y tratar los sofocos y el sudor

Además de los tratamientos, hay formas en las que usted podría reducir la intensidad o la frecuencia de los sofocos y del sudor.

Manténgase a una temperatura fresca. Póngase ropa ligera y mantenga fresca la habitación. Busque sábanas que regulen la temperatura (cooling sheets) o sábanas fabricadas con material como bambú, seda, lino, percal de algodón o lyocell (Tencel). Las telas como el algodón, el jersey, la franela y el poliéster suelen ser más calientes y no repelen (alejan) la humedad tan bien.

Póngase capas de ropa. Vístase con dos capas de ropa en temperaturas más frescas. La capa interior actuará como paño que frena la humedad y la aleja de la piel. Luego puede quitarse las capas externas de ropa conforme haga falta.

Evite los productos que desencadenan estos efectos. Los alimentos picantes, la cafeína, el alcohol y el tabaco pueden desencadenar sofocos o empeorarlos.

Practique la relajación. La respiración profunda y la meditación pueden ayudar.

Mantenga una hidratación adecuada. Beba mucha agua para mantener una temperatura fresca.

Mantenga un peso saludable. Cada persona es diferente. Hable con su médico sobre lo que se considera un peso saludable en su caso. La actividad física y una buena alimentación son temas que se deben incluir en las conversaciones que tenga con su médico sobre el peso saludable.

Piense en recibir terapias complementarias. Se ha demostrado que la acupuntura, el yoga y la hipnosis ayudan a algunas personas que tienen sofocos o bochornos.

Lleve un seguimiento de las veces que tiene sudor y sofocos. Si el sudor (la sudación) se debe a la fiebre, tómese la temperatura y regístrela como se lo indiquen.

Cuídese la piel. Mantenga una buena higiene personal y cuide de la piel. Por ejemplo, si suda mucho, báñese o dúchese al menos una vez al día y póngase crema hidratante conforme sea necesario. Cámbiese la ropa húmeda y cambie la ropa de cama tan pronto como sea posible.

Hable con su equipo de atención médica, y dígales que tiene síntomas. Es importante descartar otras posibles causas que quizá se deberían tratar.

Hable también con su equipo de atención médica antes de probar cualquier medicamento de venta libre o sin receta, o cualquier vitamina, mineral o complemento nutricional que cree que podría ser útil. Avise a su equipo médico si el antitranspirante (antisudoral) o el desodorante no le funciona bien.

También debe avisarles si tiene angustia emocional debido a los sofocos o al sudor, porque podrían tener recursos u otras ideas para que las pruebe.

Cuándo debe llamar a su médico o al equipo de atención oncológica

Avise a su equipo de atención médica lo más pronto posible si tiene alguno de estos problemas:

  • No puede dormir más de 2 días por el sudor nocturno o los sofocos
  • También tiene signos o síntomas de infección, por ejemplo, fiebre
  • Tiene temblores o escalofríos que no desaparecen
  • Tiene signos de lesiones en la piel o úlceras de decúbito (por presión) debido al contacto prolongado de la piel con la humedad

Obtenga más información

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Desarrollado por el Consejo Médico Editorial de la American Cancer Society (ACS) con respaldo de la American Society of Clinical Oncology (ASCO).

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Actualización más reciente: septiembre 28, 2025

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