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Para preguntas médicas, le animamos a revisar su información con su médico.
La quimioterapia (quimio) consiste en usar medicamentos contra el cáncer que se pueden administrar por vía intravenosa (inyectados en su vena) o por vía oral. Los medicamentos pasan a través del torrente sanguíneo para llegar a las células cancerosas en la mayoría de las partes del cuerpo. En ocasiones, se puede administrar quimioterapia directamente en el líquido cefalorraquídeo que rodea el cerebro y la médula espinal.
No todas las mujeres con cáncer de seno necesitarán quimioterapia, pero hay varias situaciones en las que se puede recomendar quimioterapia:
Para ciertos tipos de cáncer de seno, si todavía se encuentran células tumorales durante la cirugía (también llamada enfermedad residual), es posible que le ofrezcan más quimioterapia después de la cirugía para reducir las probabilidades de que el cáncer regrese (recurrencia).
A veces no es fácil saber si la quimioterapia será útil. Hay pruebas disponibles, como Oncotype DX, que pueden ayudar a determinar qué mujeres más probablemente se beneficiarán de la quimioterapia después de la cirugía de seno. Consulte Pruebas para la expresión genética del cáncer de seno para obtener más información.
La quimioterapia se puede administrar antes de la cirugía (neoadyuvante) o después de la cirugía (adyuvante). En la mayoría de los casos, la quimioterapia es más eficaz cuando se utilizan combinaciones de medicamentos. Actualmente, los médicos emplean muchas combinaciones diferentes, y no queda claro que una sola combinación sea evidentemente mejor que otra.
Con más frecuencia, se usan combinaciones de dos o tres de estos medicamentos.
Aunque las combinaciones de medicamentos a menudo se emplean para tratar el cáncer de seno en etapa temprana, este cáncer en etapa avanzada se trata más a menudo con medicamentos individuales. Aun así, algunas combinaciones, como paclitaxel y gemcitabina, son comúnmente usadas para tratar el cáncer de seno avanzado.
Para los cánceres que son HER2 positivos, uno o más medicamentos que tienen como blanco a la proteína HER2 se pueden administrar con quimioterapia. (Consulte Terapia dirigida para el cáncer de seno para más información sobre estos medicamentos).
Por lo general, los medicamentos de quimioterapia para el cáncer de seno se administran en una vena (vía intravenosa o IV), como una inyección durante unos minutos o como infusión durante más tiempo. El tratamiento se puede hacer en un consultorio médico, en un centro de infusión, o en un hospital.
A menudo, es necesario un IV ligeramente más grande y más resistente en el sistema venoso para administrar la quimioterapia. Estos se conocen como catéteres venosos centrales (CVC) que también se denominan dispositivos de acceso venoso central o líneas centrales. Se utilizan para administrar medicamentos, productos sanguíneos, nutrientes o fluidos directamente en la sangre. Estos catéteres también pueden usarse para la extracción de sangre que se utilizará para realizar pruebas.
Existen muchos tipos diferentes de catéteres venosos centrales. Los tipos más comunes son la vía central de acceso y la línea PICC. En las pacientes de cáncer de seno, la línea central se coloca generalmente en el lado opuesto de la axila donde se le extirparon los ganglios linfáticos para la cirugía del cáncer de seno.
La quimioterapia se administra en ciclos, seguido de un periodo de descanso para permitir que usted se recupere de los efectos secundarios de los medicamentos. Generalmente, los ciclos duran 2 o 3 semanas. El plan varía en función de los medicamentos que se usen. Por ejemplo, con algunos medicamentos, la quimioterapia se administra solamente el primer día del ciclo. Otros medicamentos se administran por varios días consecutivos, o una vez por semana. Luego, al final del ciclo, el programa de quimioterapia se repite para comenzar el próximo ciclo.
La quimioterapia adyuvante y neoadyuvante a menudo se administra por un total de 3 a 6 meses dependiendo de los medicamentos que se usen. La duración del tratamiento del cáncer de seno avanzado puede tomar más tiempo dependiendo de cuán bien esté surtiendo efecto y qué efectos secundarios usted presente.
Los médicos han descubierto que administrar los ciclos de ciertos medicamentos de quimioterapia con mayor proximidad puede reducir la probabilidad de que el cáncer regrese y mejora la supervivencia en algunas mujeres. Por ejemplo, un medicamento que normalmente se administraría cada 3 semanas, podría darse cada 2 semanas. Esto se puede hacer para el tratamiento adyuvante y el neoadyuvante. Puede llevar a más problemas con recuentos bajos de células sanguíneas, de modo que no es una opción para todas las mujeres. Una combinación de quimioterapia que a veces se suministra de esta manera es doxorrubicina (Adriamicina) y ciclofosfamida (Cytoxan), seguido de paclitaxel semanal (Taxol).
Los medicamentos de quimioterapia pueden causar efectos secundarios que dependen del tipo y de la dosis de los medicamentos suministrados, así como la duración del tratamiento. Algunos de los posibles efectos secundarios más comunes son:
La quimioterapia también puede afectar las células productoras de sangre de la médula ósea, lo que puede causar:
Por lo general, estos efectos secundarios desaparecen al terminar el tratamiento. Muchas veces hay maneras de aminorar los efectos secundarios. Por ejemplo, se pueden administrar medicamentos para ayudar a prevenir o reducir las náuseas y los vómitos.
También es posible que surjan otros efectos secundarios. Algunos de éstos son más comunes con ciertos medicamentos de quimioterapia. Pregunte al equipo de atención médica contra el cáncer sobre los posibles efectos secundarios de los medicamentos específicos que esté recibiendo.
En las mujeres más jóvenes, los cambios en los periodos menstruales son un efecto secundario común de la quimioterapia. La menopausia prematura (interrupción de los períodos menstruales) y la infertilidad (incapacidad para quedar embarazada) pueden ocurrir y ser permanentes. Algunos medicamentos de quimioterapia tienden a causar estas complicaciones más que otros. Mientras más edad tenga una mujer cuando recibe la quimioterapia, más probabilidades hay de que ocurra la menopausia o se vuelva infértil como resultado de este tratamiento. Cuando esto ocurre, existe un mayor riesgo de pérdida de densidad ósea y osteoporosis. Existen medicamentos que pueden tratar o ayudar a prevenir la pérdida de densidad ósea.
Incluso si se hubieran detenido sus periodos menstruales mientras recibe la quimioterapia, usted aún podría quedar embarazada. Quedar embarazada mientras recibe la quimioterapia podría causar defectos congénitos e interferir con el tratamiento. Si usted no ha pasado por la menopausia antes del tratamiento y está activa sexualmente, es importante que hable con su médico sobre la regulación de la natalidad. Para las mujeres que padecen cáncer de seno con receptores de hormonas positivos, no se recomiendan algunos tipos de anticonceptivos hormonales (como las píldoras para el control de la natalidad). Por lo tanto, es importante que hable con su oncólogo y su ginecólogo (o médico de familia) sobre cuáles opciones serían las mejores en su caso. Es peligroso quedar embarazada mientras está recibiendo tratamientos. Sin embargo, una vez que terminan los tratamientos, como la quimioterapia, las mujeres pueden decidir concebir sin peligro.
Si usted cree que tal vez quiera tener hijos después del tratamiento del cáncer de seno, consulte con su doctor antes de comenzar el tratamiento. Para más información, lea nuestra sección sobre problemas de fertilidad en mujeres con cáncer.
Si está embarazada en el momento en que aparece el cáncer de seno, usted todavía puede recibir tratamiento. Ciertos medicamentos de quimioterapia se pueden administrar con seguridad durante los últimos dos trimestres del embarazo. Contamos con más detalles en nuestra sección sobre el cáncer de seno durante el embarazo.
Aunque no ocurre con frecuencia, la doxorrubicina, la epirrubicina y algunos otros medicamentos de quimioterapia pueden causar un daño cardíaco permanente (cardiomiopatía). El riesgo es el mayor si el medicamento se utiliza durante mucho tiempo o en altas dosis. El daño causado por estos medicamentos también ocurre con más frecuencia si se usan otros medicamentos que pueden causar daño al corazón (como aquellos que tienen como blanco a la proteína HER2). Otros factores de riesgo de insuficiencia cardíaca, como antecedentes familiares de problemas cardíacos, hipertensión arterial y diabetes también pueden ponerlo en riesgo si recibe uno de estos medicamentos.
La mayoría de los médicos verificará la función cardiaca del paciente con una prueba, como un ecocardiograma (una ecografía del corazón) o un MUGA antes de comenzar uno de estos medicamentos. Además, los médicos controlan cuidadosamente las dosis, vigilan síntomas de problemas cardiacos, y puede que repitan con regularidad exámenes del corazón durante el tratamiento. Si la función cardiaca comienza a empeorar, el tratamiento con estos medicamentos se suspenderá temporal o permanentemente. Aun así, en algunas mujeres, puede que los signos de daños no aparezcan sino meses o años después de suspender el tratamiento.
Muchos medicamentos que se usan para tratar el cáncer de seno, incluyendo los taxanos (docetaxel, paclitaxel, y paclitaxel ligado a una proteína), los agentes que contienen platino (carboplatino, cisplatino), vinorelbina, eribulina y exabepilona pueden dañar nervios en las manos, los brazos, los pies y las piernas. Esto en ocasiones puede derivar en síntomas en esas áreas como entumecimiento, dolor, ardor, hormigueo, sensibilidad al frío o al calor, y debilidad. En la mayoría de los casos, estos síntomas desaparecen una vez finaliza el tratamiento, pero en algunas mujeres pueden durar mucho tiempo o llegar a ser permanentes. Existen medicamentos que podrían aliviar estos síntomas.
Ciertos medicamentos, como la capecitabina y la doxorrubicina liposomal, pueden irritar las palmas de las manos y las plantas de los pies. A esto se le llama eritrodisestesia palmoplantar o síndrome mano-pie. Los síntomas iniciales incluyen entumecimiento, hormigueo y enrojecimiento. Si el problema empeora, las manos y los pies se pueden hinchar causando molestias e incluso dolor. Pueden surgir ampollas, lo que causaría descamación o incluso úlceras abiertas. No existe un tratamiento específico, aunque algunas cremas o esteroides administrados antes de la quimioterapia pueden ayudar. Estos síntomas gradualmente se alivian cuando se suspende el medicamento o se reduce la dosis. La mejor manera para prevenir esta afección grave consiste en notificar a su médico tan pronto surjan los síntomas para que se pueda modificar la dosis del medicamento o administrar otro medicamento.
Muchas mujeres que reciben quimioterapia para combatir el cáncer de seno notifican una leve disminución en el funcionamiento mental. Puede que presenten algunos problemas de concentración y de memoria que duran por mucho tiempo. Aunque muchas mujeres los han asociado a la quimioterapia, estos problemas también han afectado a mujeres que no recibieron quimioterapia como parte del tratamiento. A pesar de esto, la mayoría de las mujeres se desempeñan bien después del tratamiento. En los estudios que se ha encontrado que el quimiocerebro es un efecto secundario del tratamiento, la mayoría de los síntomas a menudo duran algunos años.
En raras ocasiones, ciertos medicamentos de quimioterapia pueden causar enfermedades de la médula ósea, como síndromes mielodisplásicos o incluso leucemia mieloide aguda, un cáncer de los glóbulos blancos. Si esto ocurre, generalmente se presenta en un periodo de 10 años después del tratamiento. Para la mayoría de las mujeres, los beneficios de la quimioterapia en ayudar a prevenir que regrese el cáncer de seno o para extender la vida exceden en gran medida el riesgo de esta infrecuente, pero grave complicación.
Después de recibir quimioterapia, muchas mujeres no se sienten tan saludables como antes. A menudo queda una sensación de dolor en el cuerpo o dolor muscular y pérdida leve de la función física. Estos cambios pueden ser muy sutiles y ocurrir lentamente con el pasar del tiempo.
El cansancio es otro problema común para las mujeres que reciben quimioterapia. Este efecto secundario puede durar algunos meses hasta varios años. A menudo, el cansancio se puede aliviar. Por lo tanto, es importante que le informe a su médico o enfermera sobre el cansancio. Puede que se le recomiende hacer ejercicios, tomar siestas y conservar la energía. Si presenta problemas para poder dormir, se puede administrar tratamiento para estos trastornos. A veces, el cansancio puede ser un signo de depresión que puede ser aliviado con apoyo psicológico, medicamentos, o ambos.
Para más información general acerca de cómo se utiliza la quimioterapia para tratar el cáncer, consulte Quimioterapia.
Para información sobre algunos de los efectos secundarios incluidos en este artículo, y cómo tratarlos, consulte Control de efectos secundarios relacionados con el cáncer.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.
Morrow M, Burstein HJ, Harris JR. Chapter 79: Malignant Tumors of the Breast. In: DeVita VT, Lawrence TS, Rosenberg SA, eds. DeVita, Hellman, and Rosenberg’s Cancer: Principles and Practice of Oncology. 10th ed. Philadelphia, Pa: Lippincott Williams & Wilkins; 2015.
National Comprehensive Cancer Network (NCCN). Practice Guidelines in Oncology: Breast Cancer. Version 2.2016. Accessed at www.nccn.org on June 1, 2016.
Wolff AC, Domchek SM, Davidson NE, Sacchini V, McCormick B. Chapter 91: Cancer of the Breast. In: Niederhuber JE, Armitage JO, Doroshow JH, Kastan MB, Tepper JE, eds. Abeloff’s Clinical Oncology. 5th ed. Philadelphia, Pa: Elsevier; 2014.
Actualización más reciente: septiembre 18, 2019
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